Foco de reveses en la industria del Teletrabajo sobre la fuerza laboral globalizada

La adopción de modalidades de trabajo a distancia en la economía global parece adolecer de reveses por fallas de comunicación y dirección de la gestión empresarial.

El trabajo remoto ha alcanzado alrededor del 115% de crecimiento, según el seguimiento en prospectiva de encuestadoras reconocidas, desde el 2017.

Teletrabajar, visto como una opción regular de empleo formal, ha estado reflejando la tendencia de los mercados laborales de la última década. Parece que el teletrabajo ha crecido casi 10 veces más rápido que la propia fuerza laboral. Entonces, ¿por qué algunas empresas emprenderían la política de desentramar dicha tendencia, justo antes de desatarse una pandemia mundial?.

En los últimos años, grandes empresas como Best Buy, Yahoo, IBM, Honeywell y Bank of America, por ejemplo, han promovido el abandono de las iniciativas de trabajo a distancia en la administración de su talento humano. Así que,  justificaron tal medida alegando en general la necesidad de mejorar la comunicación y facilitar la colaboración y el trabajo en equipo, al forzar la operación presencial de una selección de empleados de regreso en sus oficinas y locaciones administrativas.

En contraste al panorama antes descrito, igualmente se tienen resultados de cientos de programas exitosos en marcha con las modalidades del trabajo a distancia. Entornos donde también es posible alcanzar niveles óptimos e incluso comparativamente superiores en productividad y colaboración. Esta afirmación de Brie Reynolds, especialista senior representante de FlexJobs y Remote.co. con sede en Boulder, Colorado, EEUU, coincide con el enfoque de otro grupo de expertos con amplia trayectoria en modalidades de Telecommuting o Telework. Un equipo integrante del staff de Global Workplace Analytics, en San Diego, EEUU, reportó la misma tendencia, justificada por Reynolds, en un estudio de investigación sobre la fuerza laboral norteamericana, publicado como “The 2017 State of Telework”.

Avances de alta tecnología, como las videoconferencias, pizarras digitales, aplicaciones de colaboración y comunicación, así como estructuras, plataformas y modalidades e integración de redes Groupware, han permitido a los empleados de todo el mundo trabajar desde cualquier lugar y en cualquier momento. Como resultado, ya sea que se localicen en los puntos geográficos más distantes o no, una gran masa laboral empleada está trabajando en casa o centro cíbers, en trenes, o en espacios de trabajo conjunto, inclusive en puntos públicos concurridos y de encuentro, como cafeterías o restaurantes, etc. Con este panorama, el uso de las opciones de trabajo remoto parece tener un aumento constante, aun después de relajarse, en el 2021, las medidas de confinamiento post declaración de pandemia mundial.

Algunas publicaciones analíticas de Gallup Inc., una consultora asentada en Washington y conocida por sus encuestas de opinión pública realizadas a nivel mundial, revelaron que un 43% de estadounidenses empleados asegura pasar parte de su tiempo trabajando en forma remota. Dichas referencias, enfocadas en los últimos años, evidenciaron incluso que un porcentaje importante de las empresas que fomentan el trabajo a distancia tiene menos problemas de rotación de personal y también más facilidad de reclutar talentos profesionales. Es concluyente, entonces, que más personas prefieren teletrabajar antes que emplearse a tiempo parcial en determinadas ubicaciones.

En cuanto al impacto del teletrabajo, en términos de empresa en marcha, Gallup estima que los empleadores pueden ahorrar más de US$ 11,000 por año, computado por trabajador a distancia de medio tiempo. La proyección sobre la fuerza laboral que trabaja desde el hogar implica que esta forma de administrar empleo facilitaría ahorros anuales sobre estructuras de costos y gastos, en el orden de US$ 44 mil millones, considerando pymes registradas.

Algunas de las tendencias publicadas por Gallup presumen que si la fuerza laboral del teletrabajo se expandiera en norteamérica, a fin de incluir personal capaz y dispuesto a trabajar desde casa, los empleadores podrían potencialmente superar ahorros de US$690 millones al año. Extrapolando datos, los ahorros asociados con el teletrabajo son astronómicos en cualquier economía desarrollada. Curiosamente, se refieren a los resultados de la IBM hasta 2011, que había adoptado casi por completo la modalidad del trabajo remoto para el 40% de su nómina mundial; producto de lo cual ahorró alrededor de US$ 100 millones por año, al menos desde USA, y redujo sus cargas inmobiliarias de oficinas en 78 millones de pies cuadrados, poco antes de decidir abandonar esta política operativa.

Empresas de la industria tecnológica, como Cisco Systems, aseguran que el teletrabajo no solo les ha catapultado el ahorro de millones en costos de bienes raíces y logística de viajes y traslado, sino que inclusive les facilitó reclutar el mejor potencial de talento disponible en el mercado laboral. De tal manera, sus políticas de administración de personal no se limitan geográficamente para contar con el mejor staff en sus filas.

En una entrevista con SHRM Online; headhunter californiano intermediario en reclutamiento especializado de alto target;  el Vicepresidente de Marketing y Comunicaciones de Michael C. Fina Recognition, Cord Himelstein, representando la gerencia de incentivos y compensaciones para nóminas de otras compañías americanas, opinó que terminar con el trabajo remoto parece estar impulsado por la idea retrógrada de que volver a la forma y situación anterior restaurará la vieja gloria de ciertas economías. Destacó que algunos trabajadores de teleworking en esas condiciones no pueden reubicarse a lo largo del país y deben enfrentar el despido. Así que el problema con tales políticas es que no consideran que el teletrabajo ha surgido como el principal motor de satisfacción de una gran masa de fuerza laboral potencialmente activa. Señaló que los empleados que trabajan a distancia, al menos tres días a la semana, están más comprometidos con el trabajo contratado. Así que las iniciativas disfuncionales de teletrabajo, generalmente, responden a fallas de comunicación en culturas organizacionales rígidas o reactivas a la aceptación y adaptación a los cambios.

Parece que eliminar programas de trabajo remoto desde sus cimientos intentaría resolver un problema mucho mayor en empresas donde el desempeño del mercado es un problema, el reporte de ingresos está bajo expectativas, o donde probablemente ya han decidido despidos masivos y puedan existir otras dificultades con las prácticas gerenciales. En la generalidad de los casos, no es muy probable que problemática empresarial responda en sí a dificultades generadas por una modalidad de teletrabajo adoptada.

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