Cuando una persona decide emprender en un nuevo negocio, lo más probable es que tiene un estilo de vida con hábitos ya aprendidos y calculados. Sin embargo, cuando se decide emprender, esos hábitos deben cambiar de manera drástica y en ocasiones no es tan fácil poder hacerlo.
Cuando ya decides emprender en tu negocio, debes tomar en cuenta que ahora estás en una posición que requiere mayor autoridad y a la vez mayor libertad. Tus acciones y movimientos no solo influirán en la productividad de tu empresa, sino que serás reflejo para todas aquellas personas que trabajen contigo. Deberás inculcar una forma de trabajar y unos valores que sientan como suyos y que formen parte de la compañía.
Hábitos que no te permitirán triunfar
Tanto para tu día a día laboral habitual como si estás pensando en montar tu propio negocio, debes tener en cuenta estos malos factores e intentar eliminarlos antes de comenzar.
No planear tu día a día o semana
Puede que estés acostumbrado a llegar a la oficina y ver cómo transcurre el día haciendo tareas según surjan o te manden desde arriba. Como empresario tus prioridades han de estar claras en todo momento. Organiza los trabajos y reuniones según el orden de importancia. No hagas cosas sin prioridad antes de algo que si merece tu tiempo.
Mala atención a tu cliente
Uno de los puntos más relevantes que debes tomar en cuenta es que tus clientes deben ser parte fundamental de tu nueva empresa, quizás no tengas dinero ni espacio para tener a una persona adecuada para atenderlos, pero para eso cuentas con “Tu Secretaria Virtual”, con este servicio podrás contar con una persona adecuada para poder dar la respuesta adecuada a tus clientes.
Estar pendiente del email
A todos nos gusta que nos respondan con la mayor brevedad posible, pero si solo estás pendiente de contestar a los correos que te llegan a la cuenta de correo electrónico no invertirás tiempo en las tareas importantes. Además darás la impresión de que pueden localizarte siempre que ellos quieran, dominando las prioridades de tu negocio y vida.
Falta de comunicación
Conversaciones con tu equipo o clientes, reuniones con personas importantes o para proyectar una estrategia. Es importante ser claro y que todo el mundo haya captado el mensaje a la perfección. Evitarás quebraderos de cabeza y parecer poco profesional. Si no tienes seguridad en el habla no dudes en acudir a clases para mejorar esta habilidad.
No hacer descansos
Ser emprendedor requiere de mucho esfuerzo y dedicación. Seguro que quieres tener el máximo tiempo posible para hacer cuantas más cosas mejor. Es importante tener tus horas de descanso y dejarlo cuando sientas que no puedes más. Es mejor realizar 7 horas de gran trabajo que 10 horas donde el rendimiento sea mucho más bajo. Además acabarás completamente quemado.
No llegar a tiempo
Cuando formas parte de una empresa puede que no pase nada porque tardes un tiempo en comenzar tu rutina diaria o que llegues 5 minutos tarde a una reunión de escasa importancia. Como emprendedor siempre has de llegar a la hora para dar imagen tanto a los clientes como al equipo que diriges.
Posponer decisiones
Es probable que en tu puesto actual o a lo largo de tu vida hayas tomado pocas decisiones importantes o alguien las haya realizado por ti. Como responsable de la empresa no puedes apartarlas. Para bien o para mal has de posicionarte. Es mejor equivocarse que no hacer nada.
Nunca decir no
Cuando empiezas en una compañía la palabra no parece estar prohibida y comienzas a adquirir el hábito de decir si a todo. Pero en esta nueva posición tienes que aprender a decir que no. No todos los clientes son importantes. No todos los empleados te reportarán productividad. No todas las ideas son brillantes. No todos los equipos funcionan bien.
Tener estos malos hábitos no implica que tu negocio vaya a fracasar instantáneamente, pero sí que van a interferir de forma negativa en él, llegando a un punto que te lastrarán completamente.