Parece que se convertirá en una práctica laboral más arraigada que nunca. Sin embargo, no se han abordado certeramente factores fundamentales como el impacto en el hogar y la importancia de la motivación humana.
Con el tiempo, si los gobiernos a nivel mundial quieren fomentar el empleo a distancia, las ciudades deberán cambiar. Los recursos y la infraestructura tendrán que localizarse y adecuarse donde la gente vive y más trabaja, extendiéndose a nivel territorial y no solo en los distritos o locaciones de empleos centralizados.
¿Advenimiento de urbes globales inteligentes pero oportunistas o de urbes racionales ante los cambios estructurales en las modalidades de empleo a distancia o remoto en Australia?
Hasta la fecha, las políticas organizativas y de gestión han sido contradictorias en el territorio australiano, así como en regiones afectadas por su influencia directa. A pesar de proyectar directrices organizativas, públicas y privadas, que implican políticas fiscales de apoyo para fomentar el Teletrabajo, y que abarcan aspectos como la ergonomía y algunos servicios públicos: el Internet, la electricidad y el soporte tecnológico; aun no se alcanza de manera práctica la adecuación accesible de las condiciones apropiadas y sujetas a las legislaciones laborales para el talento humano. Los teletrabajadores todavía cargan solos a sus espaldas con una serie de problemas y desafíos personales. Muchos de estos problemas tienen su origen en factores relacionados con el lugar, con mayor detrimento de regiones en vía de desarrollar un nivel de subsistencia y crecimiento económico sustentable.
Aunque las políticas australianas de deducción de impuestos cubren costos sobre Internet, electricidad y tecnología, no contemplan los costos de capital de las renovaciones de viviendas realizadas para proporcionar una oficina en el hogar o un espacio de teletrabajo eficiente. Sin embargo, estas condiciones son de gran importancia para trabajar con éxito desde casa.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE -Organisation for Economic Co-operation and Development) ha reconocido el riesgo de promover demasiado el Teletrabajo para obtener beneficios económicos. Se ha planteado la gravedad del impacto y de consecuencias negativas a raíz de estas modalidades laborales, como son el aumento del aislamiento social, la distracción y el conflicto trabajo-familia, que afectan principalmente a los grupos sociales más vulnerables, como son los padres monoparentales, las personas con discapacidad y las personas de la tercera edad. Siendo un hecho que las distracciones de la vida familiar pueden resultar estresantes para las personas laboralmente aptas que desarrollan potencial de trabajo desde casa.
En tal sentido, se está negociando legalizar ciertas propuestas fundamentales condicionadas a:
- Fomentar acuerdos formales entre empleados y patronos para trabajar desde casa.
- Apoyar la modificación de hogares para para grupos sociales vulnerables que deban teletrabajar.
- Desarrollar oportunidades en pequeñas ciudades,o poblados localizados fuera de las urbes desarrolladas.
- Fomentar el crecimiento de ciudades más compactas.
- Desarrollar oficinas y espacios públicos de trabajo compartido a nivel local bajo modalidades tecnológicas como Telegroup.